El episodio conmovió a una vecina lindante al patio del jardín de infantes quien alertada por el llanto sin consuelo de unos niños se asomó por la ventana y vio la cruel escena.
Dos pequeños de 2 y 4 años respectivamente sentados en el frío suelo del patio del jardín lloraban al parecer por haberse portado mal.
Sin dudarlo, tomó varias fotos del hecho y esperó hasta que apareció una maestra que abrió una puerta y los hizo entrar de nuevo al edificio.
El municipio aplicó clausura preventiva por esta actitud.
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